Alrededor de una cincuentena de amigos del Club del Suscriptor emprendieron rumbo hacia tierras germanas, lugar donde la intrépida camarilla balear compartió vivencias durante los solemnes días que enmarcaron la pasada Semana Santa, cultivando un vínculo de confraternidad tan potente como, suponemos, perdurable en el tiempo.

Sus lugares de proveniencia respondían a diferentes enclaves de la orografía balear, entre el nutrido grupo hallábamos residentes de las poblaciones de Calvià, Marratxí, Portocolom, Santa Ponça, amén de Palma y otras muchas localizaciones, entre las que cabría destacar a una pareja oriunda de Ciutadella.

La aventura dio comienzo la mañana del Jueves Santo en el aeropuerto palmesano, emplazamiento escogido como punto de partida desde donde desplegar sus redes a la codiciada captura de unos merecidos días de turismo y relax. Sobre las 08.15 horas se produjo el desembarco en la bella Colonia, ciudad que guarda cierta simetría con Barcelona, debido a la cantidad de gente joven que deambula por sus calles, así como la riqueza arquitectónica que atesoran sus equipamientos viales. Colonia, a su vez, alberga una majestuosa catedral en cuyo interior se hallan los restos del arca de los reyes magos, sin duda, un ingrediente que entraña cierta reminiscencia mística para añadir a su gran ensalada de posibilidades.

El resto de la jornada se centró en una rauda visita a la bella villa de Rudesheim, enclave boyante de turistas, gracias a sus caldos. Cuentan que su vino blanco es lo más exquisito que se puede paladear a esa orilla del Rhin.

Con las primeras luces del alba, la comitiva encaminó sus pasos hacia la burguesa urbe de Baden Baden, metrópoli que debe su fama a un pasado vinculado a la jet-set europea, deudores de sus balnearios termales. Posteriormente visitaron Speyer, localidad donde encontramos la catedral más antigua del país, elemento de gran interés.

El resto de jornadas suspusieron un efecto pendular, descubriendo y examinando lugares como Heidelberg, Michelstadt, Mosbach, Ludwisburg, Stuttgart -ciudad que acoge la factoría de la firma Porsche-, Frankfurt -capital económica alemana- y Dusseldorf. El crepúsculo del día 24 sirvió de excusa para iniciar el viaje de vuelta, tras cinco días que perduran imborrables en la memoria de nuestros suscriptores.