El pasado puente de las Iles Balears, medio centenar de suscriptores, puso rumbo a tierras alemanas y austriacas. Su primer destino fue el aeropuerto de Múnich, donde les esperaba Juan Medina, el guía de Viajes Fama. Tras una parada libre para almorzar, continuaron el viaje hasta Salzburgo, mundialmente conocida por ser la tierra natal de Wolfgang Amadeus Mozart. Allí contaron con un guía local con el que recorrieron las principales calles de la ciudad conociendo sus historias y visitaron la Catedral, que cuenta en su fachada con estatuas de San Ruperto, San Pedro, San Pablo y el obispo Virgilio. El interior de esta espectacular construcción cristiana es inmenso; en ella llaman la atención los cinco órganos que ofrecen melodías de manera independiente, también acoge la pila bautismal de Mozart. Durante su recorrido, se toparon con la casa natal de Mozart, donde nació el 27 de enero de 1756; de color amarillo y con los timbres originales, habitó en el tercer piso del número 9 de Getreidegasse, una de las calles del corazón comercial de la ciudad. En la actualidad, acoge un museo en el que se muestran diferentes objetos de la vida del músico. Asimismo, esta bella localidad fue escenario de la oscarizada película Sonrisas y lágrimas.
El viernes a primera hora visitaron Hallstaat, uno pueblo catalogado como uno de los más bonitos de Europa. Un gran lago presidido por majestuosas montañas nevadas dio la bienvenida al grupo de suscriptores, que vivió la estampa con gran entusiasmo pues estos paisajes no son nada habituales en Palma. Tuvieron tiempo libre para conocer a sus anchas Hallstaat y descubrir por cuenta propia porqué se ha ganado esa mención. Tras la comida, hubo quien retomó su visita al barrio de Mozart en la tarde libre que ofrecía el programa.
El sábado por la mañana ponían fin a su visita a Salzburgo (‘ciudad/castillo de la sal’), una ciudad que recibe su nombre debido a la sal que extraían los celtas de las galerías de la mina. Ya en Priem, una barca trasladó al grupo hasta la Isla Herrenchien, también conocida como la Isla de los Caballeros o de los Hombres, asentada en el lago Chiemsee. Visitaron el Palacio de Luis II de Baviera o de Herrenchiemsee. El guía local les contó que el ‘rey loco’, como se conoce también a Luis II, tan sólo habitó diez días en este impresionante lugar, que viene a ser una réplica exacta del Palacio de Versalles y donde hay un tributo a Luis XIV de Francia a quien Luis II tanto adminraba. En el interior del palacio, las estancias están amuebladas con todo tipo de lujos. Encontramos la gran sala de los espejos, la escalera y el dormitorio; sin embargo, también hay algunas habitaciones vacías que, por falta de financiación, no están decoradas como se había sido previsto.
De vuelta a Priem, degustaron un plato típico de la cocina alemana en un restaruante de la zona: el codillo. Por la tarde, de nuevo en Múnich, visitaron la Catedral y la plaza más animada de la capital alemana, conocida como Marienplatz. Allí se encuentra el Ayuntamiento de Múnich, una construcción de estilo neogótico y uno de los edificios más importantes de la ciudad, con casi 100 metros de fachada. El grupo tuvo tiempo para perderse por sus calles y realizar algunas compras.
El domingo, tras el desayuno y ya con las maletas en el bus, visitaron el Palacio de Nymphenburg; de estilo barroco, fue construido en 1664 como residencia de verano para la familia Wittelsbach. Fue la última de las visitas, puesto que la siguiente parada fue el aeropuerto de Múnich para poner rumbo a Palma.
Mita Estarellas, del Club, fue la encargada de acompañar al grupo de suscriptores en el periplo por tierras germanas, y por ello no quiere perder la oportunidad de «dar las gracias a todos los que nos han acompañado, por haber hecho un viaje marvilloso; también a Viajes Fama por su labor, y a Eduardo García, el suscriptor que se prestó a hablar sobre el viaje en directo para la radio de Canal 4». Y es que justo antes de subir al avión de regreso a Palma les llamaron desde la radio para comentar en directo, en el programa IB Magazine de Carlos Durán, los entresijos del viaje.